Ayer un secuestro mas

Tijuana - Continúan de forma impune los secuestros en la ciudad y resulta hartamente sospechoso que no se intercepte a los hampones por parte de la autoridad municipal. Una persona fue raptada de su domicilio por un comando de al menos 15 sujetos vestidos con uniformes militares, encapuchados y con rifles de alto poder.

Esta nueva víctima de la incontenible delincuencia fue identificada con el nombre de Fernando Barriga Jarácuaro, de 33 años de edad, quien fue privado de su libertad a las 06:30 horas de ayer en su residencia situada en el Cañón Progreso, número 3774, de la colonia Progreso, en la delegación San Antonio de los Buenos.

Lo sucedido fue contado por su esposa Luz María Munguía Palacios, de 33 años, quien dijo haberse percatado de que a las afueras de la casa llegaba una vagoneta Cherokee de color gris, otra blanca y una panel gris, todas de modelo reciente y sin placas de circulación de las que descendieron cuando menos 15 individuos.

Afirmó que todos ellos vestían uniformes camuflajeados del tipo militar de color arena, cubiertos los rostros con pasamontañas, con cascos blindados y portando rifles de alto poder y tras destrozar la puerta principal se introdujeron en tropel para dirigirse hacia su marido y sin más comenzaron a golpearlo.

Algunos de ellos "cortaron" cartucho de sus armas de fuego y luego con lujo de extrema violencia sacaron a su cónyuge para abordarlo a una de las unidades motrices y proceder a retirarse, por lo que de inmediato comunicó lo ocurrido a la central de emergencias y acudir al llamado los tripulantes de la patrulla 3367.

Describen que en el interior del inmueble encontraron dos proyectiles útiles de calibre 223 que detonan los mortíferos rifles AR-15, además de que constataron de que se encontraba destrozada una ventana y la puerta principal por lo que solicitaron la presencia de agentes del Grupo Antisecuestros de la Procuraduría de Justicia.

Al indicarles que ellos se harían cargo de la situación procedieron a retirarse y no refieren en ningún momento de que se hubiera llevado a cabo operativo alguno en busca de los secuestradores.

Y es que resulta evidente que se trata de integrantes del crimen organizado, toda vez que los elementos de las Fuerzas Armadas de México tienen asignados oficialmente fusiles G-3 calibre 7.62 x 51 milímetros.

Lo que llama la atención y sorprende es que los maleantes ya llegaron al extremo de portar el uniforme militar para sus ilícitas actividades y con lo que resulta evidente de que no le tienen el más mínimo temor a ninguna corporación policíaca y mucho menos a los elementos castrenses a quienes ahora también les faltan al respeto.

Destaca el hecho de que en todos los casos de ese tipo de delito jamás los hampones son interceptados por agentes de la Dirección de Policía y Tránsito Municipal, quienes son los primeros en arribar y tomar características de las unidades en que se transportan y que difícilmente pueden pasar desapercibidas al resto de las patrullas.